Algo que me pasa a menudo es recibir un mail de noche pidiendo socorro urgente de una mamá agobiada tras un día de locos con su peque o peques y al responderle ofreciendole una mano, no volver a saber de ella. Hoy te cuento qué creo que ocurre detrás, por qué nos sentimos muchas veces presionadas a ser “perfectas” en este ámbito y los nudos que tenemos nosotras.
También te cuento qué hago yo para hacerle espacio a esa vulnerabilidad tan valiente que traen las familias que deciden que empiece a acompañarles.
¿Participas de la encuesta que te contaba en el mini-talk? En el último post de Estrenando Mundo necesito tu ayuda. Por aquí ↓
Si quieres saber cómo podemos trabajar juntas en esta temporada puedes darle a responder o investigar todo sobre los acompañamientos en → este enlace.
Share this post